Farvelo & MCV te traen una reflexion positiva para cada dia.

20061021

El hospital del señor

Una persona que no se estaba sintiendo bien hace algún tiempo, hizo la siguiente declaración: Todo el año me hago un chequeo médico para determinar mis condiciones de salud.

Uno de esos días, resolví hacer un examen diferente y fui a un hospital muy especial: El Hospital del Señor.
Me quejé del cansancio de la vida, de dolores en la juntas envejecidas.
Hablé del corazón descompasado por las muchas preocupaciones y la carga de las obligaciones que me competen.
Luego que llegué fue medida mi presión y se verificó que estaba baja de ternura.
Recordé que hace mucho tiempo no estoy haciendo ejercicios en esa área.
Había olvidado la necesidad de expresar cariño con gestos pequeños, pero muy importantes.
Cuando fue tomada mi temperatura, el registro fue de 40 grados de egoísmo.

Entonces me acordé de como estoy guardando cosas y más cosas, sin dar nada a nadie, aún cuando las campañas solidarias proclaman la necesidad continúa de nuestro prójimo.
iempre hallé que alguien daría lo suficiente y que yo no precisaba hacer nada.

Me hice un electrocardiograma y el diagnóstico registró que estoy precisando de un puente de Amor.
Las venas están bloqueadas por no haber sido abastecidas y el corazón está vacío.

Ortopédicamente se me constató que estoy con dificultades de andar al lado de alguien y que prefiero andar a solas.

Camino más rápido, sin que ninguno me atrase.
También fue observado que no consigo abrazar a mis hermanos por haberme fracturado el brazo, al tropezar con mi vanidad.
En los ojos padezco miopía.
Esto porque no consigo ver más allá de las apariencias.

Cuando fui examinada en la audición, reclamé que no estaba oyendo la voz del Señor y el diagnóstico fue de bloqueo como consecuencia de palabras huecas y desarmónicas que decía día a día.
La consulta no me costó nada.

Fui medicada y recibí el alta.
La receta que recibí fue para usar solamente remedios naturales que se encuentran en el recetario del evangelio de Jesús.

Al levantarme, deberé tomar una cucharada de agradecimiento al Señor para mejorar las cuestiones referentes a la Gratitud.
Al entrar al trabajo, una pizca de Buen Día Amigo.

De hora en hora , no me puedo olvidar de tomarme un comprimido de paciencia, con media copa de humildad.
Al llegar a casa, será preciso de una inyección de amor para mejorar las dificultades de relacionamiento familiar.
Durante la noche, antes de acostarme, dos cápsulas de conciencia tranquila para que yo tenga un sueño reparador.

Me indicaron en el Hospital que si seguía rigurosamente toda la prescripción médica, no estaría doliente y todos los días serían de felicidad.
Y agregaron que este tratamiento también era de carácter preventivo.

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