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20071009

Un Beso salvador

Por Ismael Perez

Puedes creer que un beso puede salvarte la vida? Parece absurdo. Hasta cierto punto fantasioso.

Pero hay momentos en que el tomarse el tiempo para compartir un beso con tu pareja puede significar la vida.


Como todos los días, después de alistarnos para salir a nuestras labores diarias y de preparale el desayuno a nuestra hija, oramos tomados de las manos: "Padre, traenos con bien a casa y que por la noche podamos estar nuevamente reunidos en este lugar". Son las palabras que preceden al amén de nuestra oración.


Salimos a nuestras labores; mi hija, al Colegio de la Iglesia, mi esposa a su trabajo en la Universidad Tecnológica y yo a la oficina donde laboro.


Llegada la una de la tarde salgo corriendo con mi carcachita a buscar a mi hija y dejarla con su tía donde nos hacen el favor de cuidarla y luego viajo 20 kilómetros hasta la escuela donde trabaja mi esposa y que es la Universidad donde estudio.


Es el ritmo de todos los días de la semana (execepto sábados y domingos). De regreso, ya entrada la noche, mi esposa y yo veníamos platicando de los logros que se obtuvieron en el día, de los exámenes de mi hija, de su jefe, de su escuela (porque ella también estudia los domingos), en fin, la plática estaba amena. Pude haber levantado a unos chicos que pedían un aventón, pero algo me dijo que podían interrumpir nuestra privacidad.


Llegamos a un pueblito a la orilla del camino, por lo que reduje la velocidad para pasar los topes, fue en ese instante que de reojo, miré a mi esposa; la vi tan bella, tan bonita, que me atreví a pedirle un beso: ¿Un beso?, me replicó, ¿Y eso?, me dijo con un tono juguetón. ¡Me gustas! le dije. Al momento que ella se reclinaba para darme un beso. Los cinturones de seguridad nos estorbaban, paré el carro por unos segundo, tal vez 3 o 5 segundos, y nos acomodamos un rico y delicioso beso. Al mismo tiempo en que nos besábamos, unos señores pasaban por la orilla de la carretera y nos vieron un poco extrañados: ¿Serán amantes?. ¡Sí, lo somos! pensé. Al consumar el beso nos dijimos: ¡Gracias!, y continué el camino.


Al entrar a una curva, como a 300 metros de donde nos detuvimos, un auto venía rebasando a un trailer a toda velocidad, ellos venían de otra curva, en un lugar sumanente peligros donde han ocurrido accidentes fatales. El auto que venía en frente de nosotros no se iba a detener. Por momentos pensé que era el último beso que le había dado a mi esposa, y por mi mente pasó el recuerdo de esas palabras de oración que todos los días le elevamos a nuestro Padre. 3 segundos fueron la diferencia. el auto pasó casi tocando el espejo lateral mientras me aorillaba lo más que pude. Un beso que duró 3 segundos nos había salvado la vida.


Por eso creo y afirmo que un beso puede salvarte la vida, y no solo la vida física, sino también la vida espiritual y la vida matrimonial. Date tiempo para decirle a tu pareja: ¡Me gustas! y acomódale un rico y delicios BESO SALVADOR.

(Gracias amigo Ismael por compartir esta interesante historia).

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1 Comments:

Blogger Wendy5 said...

Que lindo mensaje como siempre me encanto! Te cuidas Amigito.

10:02 AM

 

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